27 de Marzo de 2015
Fuente: EuropaPress
Expertos de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, han descubierto que la hipermetilación –la capacidad epigenética para rechazar o desactivar un gen defectuoso implicado en entre el 10 y el 30 por ciento de los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y degeneración frontotemporal (FTD, por sus siglas en inglés)– sirve como una barrera protectora inhibiendo el desarrollo de estas enfermedades. Su trabajo, publicado este mes en ‘Neurology’, puede indicar un objetivo neuroprotector para los esfuerzos de descubrimiento de fármacos.
"Ésta es la primera modificación epigenética de un gen que parece tener un efecto protector contra la enfermedad neuronal", afirma el autor principal de esta investigación, Corey McMillan, profesor asistente de investigación de Neurología en el Centro de Degeneración Frontotemporal en la Escuela de Medicina de Perelman en la Universidad de Pennsylvania.
Expansiones del gen infractor, C9ORF72, se han relacionado con la proteína de unión al ADN TAR (TDP-43), que es la fuente patológica que causa ELA y FTD. "Entender el papel de C9ORF72 tiene la posibilidad de ser verdaderamente traslacional y mejorar las vidas de los pacientes que sufren estas enfermedades devastadoras", afirma otro de los autores, Edward Lee, profesor asistente de Neuropatología en el Laboratorio de Patología y Medicina de Penn.
McMillan y su equipo evaluaron a 20 pacientes reclutados tanto del Centro de FTD y el Centro de ELA de la Universidad de Pennsylvania que dieron positivo para una mutación en el gen C9ORF72 y fueron diagnosticados clínicamente con FTD o ELA. Todos los individuos se someterion a un estudio de neuroimagen, un análisis de sangre para evaluar los niveles de metilación C9ORF72 y una breve evaluación de selección neuropsicológica. El estudio también incluyó a 25 controles sanos, sin antecedentes de enfermedad neurológica o psiquiátrica.
Las imágenes de resonancia magnética revelaron reducción en la materia gris en varias regiones que se vieron afectadas en los pacientes en comparación con los controles. Se necesita materia gris para el correcto funcionamiento del cerebro en las regiones involucradas con el control muscular, la memoria, las emociones, el habla y la toma de decisiones.
Fundamentalmente, los pacientes con hipermetilación de C9ORF72 mostraron más densidad de materia gris en el hipocampo, la corteza frontal y el tálamo, regiones del cerebro importantes para las tareas anteriormente descritas y los afectados en la ELA y FTD, lo que sugiere que la hipermetilación es neuroprotectora en estas regiones.
Para validar estos resultados, el equipo de especialistas de Penn también analizó las autopsias de 35 pacientes con expansiones C9ORF72 y encontró que su patología también sugirió que el aumento de la metilación se asoció con una reducción de la pérdida neuronal, tanto en la corteza frontal como en el hipocampo.
Se realizaron análisis longitudinales en 11 de los pacientes del estudio para evaluar los efectos neuroprotectores de la hipermetilación en individuos conforme su enfermedad avanzaba. Esto mostró cambios reducidos en la materia gris del hipocampo, el tálamo y corteza frontal, asociados con hipermetilación, lo que sugiere que la enfermedad progresa más lentamente con el tiempo en los individuos con hipermetilación de C9ORF72. Evaluaciones neuropsicológicas longitudinales también mostraron una correlación entre la protección del declive de la memoria y la hipermetilación.
Estos resultados son consistentes con un creciente número de estudios que han sugerido efectos neuroprotectores de la hipermetilación de C9ORF72. "Creemos que este trabajo proporciona datos adicionales que apoyan la idea de que la metilación de C9ORF72 es neuroprotectora y, por lo tanto, se abre la emocionante posibilidad de una nueva vía para tratamientos de medicina de precisión y objetivos para el desarrollo de fármacos en la enfermedad neurodegenerativa", concluye McMillan.