17 de Noviembre de 2016
Fuente: abc.es
Las interfaces cerebro-ordenador se sirven de las propiedades eléctricas del cerebro y la activación que se produce en regiones localizadas del cerebro al planificar movimientos. Estos sistemas aprovechan que los actos mentales, como un intento de mover una extremidad, producen señales en las correspondientes regiones de la corteza cerebral. Esas señales procedentes de la corteza pueden ser detectadas y decodificadas por un ordenador, que a su vez dirige un software que permite mover un brazo robótico o escribir, facilitando la comunicación.
Bruijne, afectada de Ela de 59 años, se presentó voluntaria a un estudio pionero que la ha convertido en la primera persona capaz de romper su aislamiento y comunicarse con frases enteras gracias a un implante cerebral que permite que un ordenador decodifique su pensamiento y lo traslade a una pantalla de ordenador. Este es el primer sistema de interfaz cerebro-ordenador totalmente implantado que alguien ha utilizado en su vida diaria con cierto éxito.
Este tipo de dispositivos, conocidos como interfaz cerebro-ordenador, se han utilizado para conseguir que personas tetrapléjicas puedan mover brazos robóticos. Ahora, en un paso más que va más allá, ha permitido que una paciente con ELA pueda comunicarse y salir así de su "síndrome de cautiverio", es decir, de la dura experiencia de estar prisionera de su propio cuerpo, que le impide cualquier movimiento, incluidos los que se necesitan para articular una frase y explicar cuáles son sus emociones y pensamientos.
"Es como un mando a distancia en el cerebro", señala Nick Ramsey, profesor de neurociencia cognitiva en la Universidad del Centro Médico de Utrecht, en los Países Bajos, y uno de los principales investigadores del estudio. El sábado, el equipo de investigación informó en "The New England Journal" of Medicine que Bruijne controla de forma independiente el programa de ordenador siete meses después de la cirugía. Gracias a este sistema es capaz de escribir dos o tres palabras por minuto.
Aunque no es mucho más rápido que los rastreadores de la mirada, estos tienen un inconveniente importante. Cada vez que los niveles de luz en el entorno cambian, el dispositivo debe ser recalibrado. Y esto hace difícil su uso en exteriores.